Celestes cayeron 2-1 ante Melgar en el San Martín. Es su cuarta derrota consecutiva en el Descentralizado
Desde la tribuna se oían los cánticos y sonaban a abismo. Porque este Cristal cada vez que juega se opaca, se eclipsa, se nubla y se va a pique. Hace de su fútbol un dolor de cabeza, una sarta de intenciones con la mecha húmeda. Los rimenses empezaron con ganas de avasallar al visitante, pero los centros de Palacios eran inubicables, Lobatón no era suficiente y arriba el Vagón Hurtado, el menos erróneo, tuvo que ser cambiado al golpearse la cabeza en un choque con el rojinegro Pereyra.Por derecha, el Cholo Prado trepaba seguramente empeñoso, pero sus centros eran dóciles pelotas sin destino, una alusión a su mal juego que es la única regularidad que por estos días muestra.Entonces los del Rimac llegaban sin hacer daño, faltos de profundidad eran fácilmente controlados por la última línea characata. Mientras que los dirigidos por Techera alimentaban su juego en Aubert y Romero, dos generadores de fútbol, dos claros frente al ataque. Arriba Méndez, y en especial Zúñiga, se las arreglaban para desarticular una frágil defensa.Los primeros ataques fueron para los celestes, pero la buena tarde del arquero Rodríguez y la poca fortuna de los delanteros mantenía el cero, hasta que a los 36', Cachete lanza un centro por derecha para Méndez, que cabecea, pero Carvallo salva en gran reacción. Sin embargo, el balón queda a los pies del mismo Méndez que no falla en segunda instancia. Apenas un minuto después Chorri habilita a Aliberti desde la derecha y el uruguayo marca el empate. Y parecía que la victoria podía ser de casa, pero a los 46' el Cachete Zúñiga burla al central González y fulmina a Carvallo poniendo el 2-1.Para el segundo tiempo Cristal siguió intentando, lateralizó el juego y es cuando más se sintió los malos centros de Prado, la mala tarde de Sheput, la veteranía de Palacios y el desgaste de Lobatón. Melgar se tiró atrás, a defender la victoria y si no es por Anchante que derriba a Zúñiga al borde del área, pudo anotarse el tercero para los characatos. La cólera de una tribuna devidida, los insultos al equipo y al técnico Oblitas fueron broche de una pésima tarde. Tarde que duele, porque el hincha sufre y nadie lo escucha.
Fuente: José Antonio Bragayrac
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