Sin Solano, la “U” hizo añicos a Cristal y ahora lidera en solitario el Descentralizado
No existe lógica más ilógica que la del amor y el fútbol, la razón puede ganar terreno y demostrar fehacientemente que estamos equivocados y, sin embargo, las decisiones finales siempre son distintas a las que dicta la cordura y la mismísima dignidad.
¿Eliminatoria? ¿Qué es eso? Hoy juega la U, decía el padre de un niño que lucía una camiseta crema oficial con el número 24: la de Ñol. A esa hora de la tarde, en medio del gentío que pugnaba por ingresar a Norte, aquel niño no sabía que en vez de a Solano iba terminar aplaudiendo a Fito Espinoza, una versión de Ñol de técnica clase media, pero de criterio y despliegue de Liga inglesa.
Contra todo pronóstico: viva la amnesia o la sabiduría pasional para distinguir la paja del trigo. El marco estaba y estaba espectacular, como si fuera poco, Maestri aparecía en el once de Cristal.
Bienvenida la post-guerra de la batalla eliminatoria, había que reconstruir el torneo local y responderle a la confianza del masivo respetable y así fue. Los de Reynoso olieron la sangre y no demoraron en caer en cuenta que el Cristal estaba frágil, que estaba para hacerlo añicos e ir sobre las presas. Ni el gigante Maestri podía imponer respeto. El animal merengue tiraba las garras encima, pero su víctima no salía de la madriguera en forma de arco.
Los goleadores vivirán para ser una especie en extinción en todo terreno y a toda hora su piel es demasiada cara y codiciada, porque contar con ella soluciona los problemas más complejos en las agrestes áreas rivales, y para esta campaña la U lo sufre en carne propia. Orejuela, Labarthe y Calheira tienen el sacrificio de una mujer a punto de dar a luz, pero adolecen de la satisfacción de ver nacer a la criatura, una suerte de felicidad incompleta de tragedia menor.
Por esta razón la U no se fue al descanso con el marcador arriba y, claro, por una notable intervención de Heredia, casi un milagro en la línea de gol. Antes, el Gato Fernández se plantó frente a Cáncar y le birló un gol inminente, más que por felino por imperturbable. Cero a cero y con la sensación clara de que la U fue más.
En el complemento, la inspiración de Sheput no le alcanzó a Cristal para equiparar el juego. La pasión de la U pudo más, pero atribuir a la garra la superioridad crema es dejar de reconocer el silencioso liderazgo de Fito Espinoza, un brillante actor de reparto que se sabe condenado a vivir a la sombra de Ñol. Ayer fue la neurona y el músculo merengue todo en un solo jugador.
Como si el tiempo se le hubiera agotado, al minuto 15 del complemento llegó la condena de Oblitas. Johann Vásquez terminó en la red una pelotera interminable, nadie atinaba a sacarla y con la misma impericia nadie la podía meter, pero Johann decidió terminar, tras certero golpe, con la vida de su víctima, porque Cristal no jugó, agonizó 90 minutos.
Mientras el país reniega con la tabla sudamericana, el pueblo crema se ilusiona con la punta y la Copa. Cuentan que el niño de Norte con la chompa de Ñol le dijo a su papá con indisimulable antipatía: felizmente que esos no aceptaron postergar el partido.
Fuente: Erick Osores.
FOTO: El Bocón
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